“La clave de todo en la vida es la organización y la herramienta por excelencia que nos permite conocer dónde estamos y hacían donde vamos, financieramente hablando, es el presupuesto, una herramienta donde registramos los gastos e ingresos a nivel personal o a nivel familiar con la intención de controlar, evaluar y ajustar las partidas que lo conforman hasta alcanzar un bienestar financiero o una óptima salud financiera”, apunta Taveras.
Al cuestionarla sobre cuál debe ser la forma correcta de distribuir los ingresos, la especialista de inversión sugiere seguir la regla del 50/30/20, donde el 50% de los gastos reflejen o cubran tus costos fijos como vivienda, seguros, alimentos, transporte y educación, mientras que el 30% se destine a gastos superfluos o prescindibles, incluyendo actividades de diversión y ocio, viajes, vacaciones y regalos; y finalmente, el 20% restante debe reflejar o destinarse al ahorro e inversión.
“Es importante respetar y ser consistente con este porcentaje de ahorro e inversión, incluso se recomienda que tengas en tu cuenta de nómina algún producto de débito automático que realice por ti la gestión de ahorro e inversión de manera que no contemos con ese dinero para otra cosa que no sea inversión”, revela.